¿Que es más fácil? ¿Pedir permiso o pedir perdón?
La verdad me parece más fácil cometer un error, y
es que siempre andamos por la delgada cornisa donde
realizamos nuestros actos, esa estrecha línea entre lo que pensamos y lo
que hacemos, aunque no siempre refleja lo que somos.
Cometer un error es demasiado fácil, tanto
por acción como por omisión, nunca nuestros actos se pueden
tomar como hechos aislados, seguramente responden a una elaborada trama de
sucesos sin ninguna relación aparente pero con plena conciencia, a
veces parecemos niños con un cuchillo afilado, corriendo por un
pasillo lleno de personas y por más que lo evitemos es probable de que
lastimemos a alguien.
Darle algo a alguien es más fácil que arrebatárselo, y
si se quita ya no es lo mismo, somos seres caprichosos, arrogantes y muy intrigantes,
estamos hechos de suspiros e ilusiones, estamos hechos de nuestros sueños y
aspiraciones y somos lo que podemos hacer, aunque casi siempre solo somos lo
que nos da la gana de hacer.
Siempre he pensado que la vida es muy fácil, solo trata de
vivir, de observar lo que se presenta ante nuestros ojos e interpretarlo a
nuestro antojo, acaso quien nos puede decir lo que está bien o está mal? creo
que solo nosotros tenemos esa potestad para asumir criterios inciertos, que
solo son verídicos ante nuestra concepción del mundo.
Siempre he pensado que la vida es fácil
lo difícil es decidir si pedimos permiso o preferimos
pedir perdón, lo difícil es aceptar que lo que fue ya no
es, lo más difícil es decir adiós.
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